Umanoides

Y, cómo no, en la cena navideña también jugamos al cadáver exquisito.

• El negro coloreando mandalas le dice al del cuerpo caprichoso sobre la mesa en la que desayunas todos los días: «No tienes vergüenza ni para pegar un sello». Y el del cuerpo caprichoso responde: «Por lo menos yo tengo vida sexual». Y se retaron a duelo, con distancia de diez pasos y como buenos faroleros se mearon en los pantalones.
• Diego rascándose los huevos le dice a uno que pasaba por allí dentro del país de Fantasía: «He descubierto la pólvora». Y el que pasaba por allí responde: «Haz que explote mi cuerpo en mil pedazos sin ningún pudor». Entraron en las aulas de filosofía con metralletas y mataron a todos los enfermos de allí.
• Mario escribiendo una carta le dice al cara de pedo ingiriendo anabolizantes recetados en un programa de televisión de máxima audiencia: «Pareces un pokemon de agua». Y le contesta el cara de pedo: «Ni de coña, estás como una cabra. Olvídalo». Se van con el director Skinner a Vietnam y dicen: «¡Johnny! ¡¡No lo hagas!! ¡¡¡No!!!».
• Pascal le dice a la rubia del Copicentro en el Mercadona: «Córtate el pelo, bonica». Y le contesta la rubia: «Tu puta madre montando a caballo». Y se le escapó una sonrisa.
• McGyver le dice a una dependienta del McDonalds en una playa nudista plagada de microrrelatos: «Ábrete a nuevas experiencias». Y le contesta la dependienta: «¡¿Pero qué coño?!» Y deciden que la vida es demasiado corta y se ponen a ver la tele.
• Foucault, con la calva recién afeitada, le dice a Carmen Sevilla, con una ovejita, en el carricoche de Jurasic Park: «Joder, joder, joder, joder, estoy super cachondo». Y Carmen Sevilla le responde: «Voy a matarte con mi mirada de odio». Y jugaron a cerveza y salchichas hasta que vomitaron sangre con trocitos. Murieron tres días después.
• Mari Carmen, mientras hace manualidades, le dice al toro de Osborne en el mayo del 68 francés: «Me gusta tu sonrisa: es casta, pura y llena de sabo». Y el toro le responde: «Deberías leer más». Y fueron a un puti de tercera y acabaron violando a una asiática menor de edad pero no les pasó nada gracias a los contactos con la CIA.
• El del bulto en el cuello to’ morcillón le dice al dueño del Zara en el fondo de un putrefacto wáter: «Creía que… pero eres un maldito transexual». Y contesta el dueño del Zara: «¡¡Adiós, mongolo!!» Y le comió to’ lo negro.
• El yayo arrodillado en su despacho le dice a Marta, que está haciendo un trabajo de Parrilla en el Apocalipsis: «¿Cuántos orificios tenemos entre los dos?» Y le responde Marta: «Me pones a cien, qué digo a cien, a mil…» Y se salieron del camino recto para siempre.
• La gota de Fairy le dice a la chapa de Mari Carmen en el cuarto de baño de la Spectra: «¿Me prestas tu mano mientras duermes?» Ydice la chapa: «Qué va, tío, yo controlo». Así que se fumaron hasta el mantel, no sin antes rociarlo con gasolina, que ahora está más barata.
• Manolo, el del bombo, le dice a la mascota del Unicaja en la estepa siberiana: «¿A qué sabes?» Y le contesta la mascota del Unicaja: «Yo voy al séptimo, me bajo antes que tú». Entonces abrieron la biblia por cualquier página y leyeron, aprendiendo muchas cosas.
• El hombre que susurraba a los caballos le dice al mono del anís en la plaza de la Merced: «Smithers es un chapero al que le gustaría mamársela al Señor Burns». Y le contesta el mono: «Ya tú sabes, mi amor». Fueron a Espejo Público y sedujeron a Susana Griso y la llevaron a un hotel. Lo demás no te importa.
• El abuelito, en su unidad de conservación, le dice a Eva Parra en la Fnac en la parte de libros infantiles: «Tú eres como yo, una anormal: ahora empieza el juego». Y le contesta Eva: «Hace tanto tiempo que perdí la vergüenza…» Los detuvieron por vaciar las pocas papeleras de la C/ Larios. La poli les metió una paliza y dijeron que se hicieron daño con la puerta del coche.
• El japo del restaurante de Benalmádena to’ ciego de sake frío le dice a Áfrico despeinándose antes de salir a la calle detrás del cuadro de Pablo cuando tenía pelo: «Te voy a dar un zumbido de no te mees». Y le contesta Áfrico: «Mi cuerpo está oxidado y además llevo unas bragas de hierro». La gasolina y la pólvora les hicieron felices.
• Tinky Winky con el culo escocido le dice a Pablo vestido de bailarina en la caja rápida del super del Eroski: «Ojalá hubiera inventado el arroz con pollo y pudiera cobrar los derechos de autor». Y le contesta Pablo: «No me gusta este chupito». Reunieron chapas de latas y con ellas consiguieron regalarle una silla de ruedas con motor a un minusválido.
• El actor secundario George comiendo pipas con cáscara a puñados le dice al rey sacándose un moco to’ verde hierba en los baños de Los Curas: «Siempre creí que sería inmortal y que me follaría a la que quisiera». Y le responde el rey: «Vamos a meternos una raya de bilirrubina». Al final se metió las uvas del techo por el culo cual consolador anal.
• Pablo haciendo un punteo (to’ guapo) de Noche de Paz le dice al testículo izquierdo y pocho del cara pedo en un portal de belén de cartón piedra: «Tienes ‘to’ la cara de mi padre cagando blando». Y le contesta el testículo: «Si te digo que sí no te entusiasmes». Al final se les derritieron los fastasmikos.
• El mocito feliz vendiendo el periódico La Farola (sí, ese que vive en C/ Gerona) le dice al micropene del misógino en una bañera de salsa tártara: «¡Pelucón del Vietcong!» Y le contesta el micropene: «Cuando termines las ensaimadas voy a dejarte». ¡Y al final se la metieron!
• El negro colgando de un árbol le dice a Diego saltando a la comba en el Mediamarkt (porque no son tontos): «No me cambies los esquemas cognitivos o te parto la cara». Y le responde Diego: «No quiero ser yo». Invierten en bolsa y nos compran un monedero.
• Munra el inmoral, que tiene una tranca descomunal, le dice a Marta comiendo croquetas de bacalao en el Pasapenas: «Siempre tan celosa». Y le contesta Marta: «No me toques». Al final encontró la zapatilla del pie izquierdo.
• El niño del retrato que se parece a Pablo de pequeño pero que no era él le dice al hombre del espagueti en la garganta que está comiéndose un mantecado en una fábrica de rotuladores Carioca: «Como te agaches… ¡¡ay, como te agaches!!» Y le responde el del espagueti: «No me vengas con esas, cariño, que me lo han dicho». Y se comieron una chirimoya.
• Tere, la de la cafetería, le dice al del bulto en el cuello en una sala de cine vacía: «Hase un caló… que te torras, nena». Y le responde el del bulto: «Cuando me digas dónde escondiste mi Metafísica de lo concreto autografiada».  Y comieron tortilla de habas.
• Santa Claus le dice a Sergio Dalma en la habitación en la que el hermano de Diego esconde a un tipo deforme y enfermizo: «Tiene un euro, zuermano». Y le contesta Sergio: «Si me compras una bolsa de ganchitos». Se hacen colaboradores de la SGAE, con lo que no tienen que pagar taxis de por vida.
• La señora, sí, señora apagando su cigarro le dice a Pablo ‘jartem pistem’ subidos a lomos de un caballo del tiovivo: «Las ladillas del coño de tu madre están riquísimas». Y le contesta Pablo: «Eres una lentorra». Y se apuntaron a la fiesta de Pablo pero se quedaron en el escaparate de un local en venta.
• George Michael le dice a un diabético que estaba comprando una cola light, que no una pepsi en el Mundo 2 de Popper: «¿Sabes lo que significa hacer un bukkake?» Y le contesta el diabético: «Lo que dices me pone cachondo». Se les acabó la gasolina y se murieron.
• Rockberto le dice a Haneke en una tienda de Bandai, ¡qué guay!: «¿Crees que podríamos jugar esta noche al teto?» Y le responde Haneke: «¡Ay, omá, qué rico!» Y saltan de alegría.
• Foucault vestido de mimo le dice a Pablo vestido de stripper (con lo justo) en la azotea del CAC: «No tengo el horno pa’ diásporas». Y le responde Pablo: «No me lo creo, llevabas una vida de santo y todo para nada». Le meten fuego al mundo mientras ríen, fornican y arden.
• Mario vestido de griego le dice a Susan Sarandon en Disneyland París: «Tienes chocolate en los dientes». Y contesta Susan: «Si yo fuera tú, me depilaba hasta las entrañas». El mundo se plegó a la voluntad del elegido.
• Gabri Salinas le dice a Mari Carmen buscando a la rubi en las revistas porno en el batmóvil cagando leches: «Me gustarías más si fueses más atrevida en la cama». Y responde Mari Carmen: «A mí lo que más me gusta es oler braguitas». Se terminó el chocolate y Pablo asesinó a todos con el cuchillo grande que antes estaba en la mesa. Consiguió deshacerse de los restos antes de que volviera su familia. Cuando murió se acordó de lo que dijo Mario sobre su abuela.
• Marco con el mono a cuestas le dice a su puta madre en el badulaque de Apu: «¿Nos vamos a dar una vuelta?» Y le responde la puta madre de Marco a Marco: «Dame tu teléfono y follamos de aquí a ya». Entonces apareció Bin Laden queriendo jugar al Twister, pero lo ignoraron porque es un muermo.
• La señora, sí, señora, comiéndose un chuletón a escondidas le dice al psicópata que convenció a Bruce Willis de filmar la Jungla 4.0 en una hiperrealidad cualquiera: «¿Me das un pelo de tu vagina para que la clone?» Y le contesta el psicópata: «Gotham caerá por la miseria de su pusilanimidad». Lo dan todo y se pillan un ciegón.
• Un budista pajeándose en la parte trasera de una estatua de Buda de 12 metros le dice al encantador de perros, César Millán en la plaza de toros: «Si me muerdes el pezón te regalo mi coche». Y le contesta César: «El bar de Moe es el paraíso de los desheredados». No se vieron nunca más.
• Pablo vestido de la abuela de Caperucita le dice a Batman con el rabo metido en el culo de Robin en un rincón del ciberespacio: «Vente pa’ ca, dámelo ya». Y contesta Batman: «No hace falta que lo digas, yo ya lo sabía, pero me gusta que te arrastres». Al final se comieron las serpentinas a lo pobre.
• Mario con una peluca primigenia le dice a Marge Simpson limpiando la cocina en una orgía sadomasoquista: «Si p, entonces q». Y contesta Marge: «Siempre quise comerte la boca, pero soy muy educada». Al final se montaron en la excavadora al baño maría.
• Homer Simpson cagando las rosquillas que se come en el trabajo le dice a Marta suspirando en una visita guiada a la fábrica de San Miguel: «Si las paredes hablara…» Y contesta Marta: «No me gusta la forma de esa copa». Al final perdieron la memoria y se dedicaron a comer chocolate mientras Pablo rebañaba las sobras de la cena.
• El Joker mordiéndose los labios le dice a Mario viendo porno en internet en la escuela donde hicieron toda la educación primaria y aprendieron a hacer cócteles molotov: «Cuando te dije que te ofrecía 200 euros por una mamada lo dije en serio». Y responde Mario: «Jijiji, me da igual, jijiji». Al final se atragantan con un espagueti.